Como ya hemos comentado alguna vez en nuestro blog de Blue Cap, conocer al cien por cien nuestro cuerpo es prácticamente imposible.
Pero hay algunas zonas que sí podemos identificar y la piel es una de ellas. Cada persona tiene una piel diferente a la otra ya que existen varios tipos.
Y, pese a ser diferentes, en muchísimas ocasiones cometemos los errores de poner la etiqueta a una piel cuando probablemente sea otra.
Por, en Blue Cap queremos acercaros los tipos de piel que existen. Además, cada piel requiere unos cuidados y seguir unos consejos diferentes, algo que también compartimos con las diversas rutinas de limpieza que exige nuestro organismo.
¿Cuántas veces hemos escuchado que tenemos la piel grasa? ¿O que la tenemos seca?
Seguro que más de una vez nos han acompañado esos conceptos, pero sin ninguna base. Por unas pequeñas escamaciones o una piel un poco más roja, muchos se han aventurado a explicar qué tipo de piel tenemos y qué es lo que debemos hacer para tener la mejor dermis posible.
Lo primero que demos conocer es que no solo hay piel grasa o piel seca. Existen diferentes tipos de piel: la piel mixta, la piel seca, la piel grasa, la piel sensible y la piel normal. Y dentro de estas variadas formas de piel, las más comunes son la grasa y la mixta.
-
Piel mixta y piel grasa
Como es sencillo adivinar, el nombre de este tipo de piel viene dado por la combinación de dos tipologías:
- Piel normal-seca
- Piel grasa o con impurezas
«Las características principales se pueden ver en la conocida como «zona T» (frente, nariz y barbilla), donde suelen aparecer pequeñas impurezas; y en la zona de las mejillas, donde la dermis es seca. Este tipo de piel, además, tiene un aspecto brillante.»
La piel grasa es producto de diversos factores: genética, estrés y desajustes hormonales. Las consecuencias más visibles son la aparición de granos y espinillas, una piel brillante o impurezas en ciertas zonas de la cara, aunque con el tratamiento adecuado se pueden llevar a cabo grandes mejoras.
Lo que, por desgracia, debemos asumir es que la piel considerada ‘normal’ es la menos común. Es un tipo de piel que destaca por su suavidad, con un tono rosado y una buena circulación. Pueden aparecer pequeños poros, pero de menor importancia.
-
Rutinas y cuidados de limpieza
Cuidar nuestra piel es algo que debemos hacer todos los días. Protegerla, sobre todo, de los factores externos es algo que puede mantener nuestra piel fuerte independientemente del tipo de piel que tengamos. Pero si en concreto tenemos la piel grasa, seca o de cualquiera de los tipos que anteriormente hemos analizado, se deben seguir unas rutinas específicas que no solo fortalezcan la piel sino que puedan hacer que el tipo cambie. Así, nunca debemos dejar de luchar por conseguir una piel normal.
Y es que el caso de la piel es, concretamente, en el que más fallos comete el ser humano. ¿Cuántos creemos que con limpiar la piel cada mañana con agua es suficiente? ¿O cuántos pensamos que lavar la cara es suficiente? ¿Y qué pasa con el resto del cuerpo?
«Los errores en los cuidados de la piel pueden derivar en enfermedades o en dermatitis, por lo que es imprescindible mantener la piel sana.»
Debemos ser muy conscientes del tipo de piel que tenemos. Observarla, fijarnos en cómo reacciona en cada estación, con el frío o la humedad, el calor o la sequedad. Solo así sabremos si necesita cuidados específicos y la mimaremos con mejores resultados.
Cada día debemos seguir las siguientes recomendaciones:
- Limpiarnos la piel, sobre todo si nos hemos aplicado maquillaje o si nos hemos visto expuestos al humo de los coches, al tabaco o a la contaminación. Hacerlo con suavidad y con productos específicos poco agresivos es muy importante para no irritarla en exceso. Es preferible aplicar un producto y esparcirlo con las manos que usar toallitas o esponjas, ya que tienden a acumular bacterias y suciedad.
- Si podemos, es recomendable aplicar un protector solar para mitigar los efectos del sol sobre la piel. Ahora hay muchas cremas hidratantes o maquillajes que llevan incluido un factor de al menos 15, por lo que podemos ahorrar un paso y adquirir una crema así.
Estos son solo algunos de los cuidados que debemos seguir para mantener una piel sana, fuerte y, sobre todo, lista para combatir contra las enfermedades. ¡No te pierdas ningún consejo sobre la piel y sigue atento a nuestras publicaciones en el blog!