Cuando empieza la adolescencia y aparecen las primeras manifestaciones de ésta, como el acné o protuberancias en el rostro, es cuando los padres deben atender esta problemática en sus hijos, investigando qué tipo de piel tienen para saber qué tratamiento se les debe aplicar.
También es importante que por el bien de la salud de los hijos, se establezcan reglas en la alimentación para cuidar su piel y su cutis.
Los adultos solemos saber que los tipos de piel son mixta, grasa o seca, pero los adolescentes no saben mucho sobre pieles, sólo que los granos, espinillas o puntos negros que tienen en su rostro, les desagradan y les hacen sentir incómodos ante su entorno social.
Así que para que los jóvenes aprendan a cuidar su rostro desde temprana edad, es importante que conozcan el tipo de piel que tienen, con el fin de darle el mantenimiento apropiado para que, con el paso de los años, ésta se conserve sana y saludable.
Además de conocer los diferentes tipos de pieles, deben tener conocimiento de que existe la llamada “piel normal”, que se supone es equilibrada y muy saludable, pero que según especialistas dermatólogos, esta piel no es fácil que toda persona la tenga; es más, se puede decir que “casi no existe”.
Piel normal
Se reconoce como una piel muy limpia, que refleja finura, luminosidad, suavidad, además de que es flexible y tersa. Es una piel que no presenta alteraciones como poros abiertos, rojeces, venitas, bolsas o resequedad.
Quien tiene una piel normal, es gracias a que su sistema de circulación y linfático funcionan muy bien y, sobre todo, porque su metabolismo está casi en perfecto estado, lo cual no es fácil conseguir por determinantes como la alimentación o los elementos agresivos a los que se enfrenta diariamente la piel.
Para conocer tipos de piel es necesario saber cómo distinguir grasas de mixtas, para lo cual habrá que clasificarlas de la siguiente manera:
Maduras: Son las que necesitan alicientes para enfrentar el paso de los años, además de sus niveles de grasa y agua.
Acnéicas: Son pieles cuyas bacterias sufren una tipo de contaminación que se presenta sobre todo cuando se experimenta el cambio hormonal de la pubertad.
Reactivas: Estas pueden ser mixtas, secas o grasas y se alteran ante muchos factores externos.
¿Cómo se reconoce el tipo de piel?
Si la piel es seca tendera a ser áspera, con un tono opaco, además de que luce quebradiza y se ve tirante, refleja descamaciones y arrugas, pero sus poros son muy pequeños.
En el caso de ser piel sensible, ésta suele manifestar comezón, enrojecimiento, cierta tirantez, irritaciones y se ve afectada por cambios internos como externos, que incluso pueden ser emocionales u hormonales.
Cuando la piel es grasa, ésta presenta demasiado brillo y al momento de tocarla se siente grasosa y sus poros están dilatados. Es una piel con espinillas o puntos negros en los laterales de la nariz, además de que se palpa resbaladiza, por la grasa, pero al mismo tiempo áspera.
Si es mixta la piel, tendrá zonas que son grasosas o secas. Específicamente esto se da en la nariz, la frente y la barbilla, conocida como la “zona T”.
Consumir agua, necesario para nutrir la piel
Es importante saber que una persona puede tener diferentes tipos de piel tanto en el cuerpo como en el rostro, donde puede presentar al mismo tiempo zonas muy secas o grasas en una sola área.
También hay que saber que la piel no siempre es igual. Con el paso de los años ésta cambia, pues factores como el estado anímico, el ritmo de vida, la alimentación, las estaciones y el consumo de alcohol y tabaco, contribuyen al buen o mal estado de la misma.
Por eso el cuidado de la piel de un bebé y un adolescente, no representa el mismo cuidado que la de una persona madura, un anciano o una joven embarazada.
Lo cierto es que el elemento principal que contribuye a dar buen mantenimiento a todo tipo de piel, es el agua, cuyo consumo abundante y continuo ayudará a hidratarla y a balancearla, pues no olvidemos que ¡el agua es salud!
Cuidado diario de la piel siguiendo 10 reglas
Y para hacer más énfasis en el cuidado de la piel, desde Blue Cap compartimos una lista de 10 reglas para que tanto padres como hijos las tomen en cuenta y las apliquen diariamente. Seguro lo agradecerán, pero también es necesario que se comprometan a aplicarlas, para ver buenos resultados.
1.- Protege tu piel del sol
La piel no sólo se debe proteger del sol en el verano, sino durante todas las estaciones del año, por eso es necesario usar siempre un protector solar, a fin de filtrar los intensos rayos ultravioletas que transmite el sol. De esta forma se mitigan los daños que causa el sol y se alarga el envejecimiento de la piel.
2.- Limpieza suave y constante
La piel de por si es sensible y su mejor mantenimiento empieza con una buena limpieza, para no alterar su equilibrio. Por eso se recomienda usar desmaquillantes fisiológicos, concretamente aquellos que son destinados a pieles sensibles.
3.- Aprende a identificar las zonas sensibles de tu piel
Hay ciertas partes como los labios, los ojos, incluso las mismas mejillas que tienen piel muy frágil y fina, ante lo cual hay que tener un cuidado especial con productos concretos.
4.- Acostumbra a hidratar tu piel
La dermis se compone de un 70% de agua, mientras que la epidermis, de un 15%. ¿Esto qué significa? Que cada persona debe mantener el nivel de hidratación de la piel, aplicándose diariamente un hidratante que equilibre el nivel de agua de la misma piel.
5.- Evita las agresiones del medio ambiente
Estados como el estrés, factores como la contaminación y vicios como el tabaco y el alcohol, tienen mucha repercusión en la piel, porque la daña y la envejece. Así que no contribuyas a estropear tu piel a tan temprana edad, exponiéndote al medio ambiente tóxico, ni fumando o consumiendo alcohol. Cada noche limpia tu piel, aun cuando no te hayas maquillado. Notarás en la almohadilla las impurezas que recoge de tu rostro.
6.- Cuida tus labios
Los labios tienen la piel muy suave, sensible y delicada y los cambios de clima la afectan mucho, por eso se sugiere hidratarlos con una buena crema reparadora de labios, aplicándola las veces que sea necesaria durante el día. Notarás la diferencia de los labios partidos a los labios humectados.
7.- De preferencia usa maquillaje hipoalergénico
Usar un maquillaje hipoalergénico te ayudará a evitar contraer alguna alergia que puede provocar algún producto no apto para tu piel. Este tipo de maquillajes son recomendables para todo tipo de pieles, incluso las que son más delicadas.
8.- Exfolia tu piel
De preferencia dos veces a la semana usa un exfoliante en tu piel para eliminar toxinas del cuerpo, siempre y cuando éste sea un producto eficaz, suave y que no altere tu piel. La idea es purificar la piel de manera equilibrada.
9.- Limpia bien y suavemente el contorno de los ojos
La piel que se encuentra alrededor de los ojos es sumamente fina, a diferencia del resto del rostro o del cuerpo, por eso hay que hacer una limpieza con un producto específico y de manera suave y constante.
10.- Asegúrate de escoger productos adecuados
Es muy importante que conozcas el tipo de piel que tienes para saber qué productos te van bien. Las características y necesidades de una piel grasa, seca o mixta no son las mismas, ante lo cual no debes utilizar todo tipo de producto, si no corresponde a tu piel.
En resumen. Tener una piel suave, fina, hidratada e iluminada es el reflejo de una piel saludable, por aplicación de productos correctos, limpiezas y mantenimiento, pero cierto es que también la buena alimentación y el consumo de mucha agua, ayuda a que ésta esté en buenas condiciones.