Piel sensible: ¿Qué factores irritan y afectan a la piel sensible?

Nuestra piel es el órgano más extenso del cuerpo y uno de los más sensibles, puesto que se puede ver afectado por las más múltiples circunstancias. Además, nos ayuda a mantener la temperatura corporal, nos protege de agentes externos y de microbios.

Es por ello que debemos cuidar al máximo la piel para que pueda cumplir su función. Si tenemos la debemos extremar las precauciones para su cuidado y conocer a la perfección cuáles son los factores que más pueden hacer empeorar su estado.

¿Cuáles son los factores que más afectan a la piel sensible?

– Hormonas. Cada uno de los cambios hormonales que sufre nuestro cuerpo se refleja en nuestra piel, sobre todo si tiene la condición de sensible. Estos cambios hormonales pueden darse durante la adolescencia y la pubertad, en un embarazo, o en la menopausia.

– Una exposición excesiva al sol puede ser perjudicial para la piel sensible y además podemos provocarle un envejecimiento prematuro.

– Los cambios bruscos de temperatura son muy perjudiciales para la piel. Debemos tener cuidado no solo de las oscilaciones bruscas en el termómetro, sino también las temperaturas muy frías, que secan mucho la piel y de las temperaturas altas.

– La humedad también es perjudicial para las pieles sensibles, por lo que hay que intentar no estar en ambientes muy húmedos o al menos, usar un humidificador si no se puede evitar.

– Duchas demasiado frecuentes con agua caliente. A veces creemos que lo que mejor le puede venir a nuestra piel es un baño prolongado con agua caliente. Y eso es precisamente algo que afecta de forma muy negativa al estado de nuestra piel, ya que provoca una pérdida de sus factores hidratantes habituales. Es preferible darse una ducha con agua templada.

– Productos agresivos para la piel. Por ejemplo, los detergentes, disolventes, pintura, lacas, suavizantes… En ocasiones contienen elementos que pueden alterar el pH de la piel, dañan su estructura celular y deterioran las capas externas de la epidermis. Por ello, es importante cerciorarse de cómo reacciona la piel ante estos productos e intentar usar otros más neutros.

– El estrés, como hemos hablado en muchas ocasiones, afecta de forma muy negativa a la piel.

– El tabaco y el alcohol pueden dar a nuestra piel un aspecto feo y envejecido, además de que el tabaco contiene radicales libres que afectan a todo el organismo.

– La alimentación es también clave para el bienestar y el equilibrio de nuestra piel. Si no tomamos fruta, verdura, agua o excluimos algún tipo de alimento de nuestra dieta diaria, notaremos que nuestra piel no está del todo equilibrada y sana.

Controlando los factores que hacen que nuestra piel sensible empeore podemos ayudar a que se mantenga sana y sin irritaciones innecesarias.