Dermatitis seborreica y calor: Cómo combatir la dermatitis seborreica en verano

La dermatitis seborreica es una afección de la piel crónica que cursa con inflamación de ciertas zonas del cuero cabelludo, rostro, pliegues y parte alta del tórax. Suele afectar tanto a hombres como a mujeres y no es contagiosa.

El verano es uno de los momentos críticos para las personas que tienen dermatitis seborreica. Aunque el sol es beneficioso para este tipo de problemas de piel, el calor no lo es tanto.

No solo el calor, sino también los hábitos que relacionamos con la llegada del calor, como los paseos por la playa, los baños en el mar o en la piscina y el sudor.

Quienes tienen dermatitis seborreica deben tener en cuenta tomar ciertas precauciones para que la llegada del verano no sea una época de sufrimiento para la piel sino de disfrute y de gozo del buen tiempo y del descanso.

–          Lo primero y más fundamental es que hay que seguir el tratamiento durante todo el año para que cuando llegue el verano la piel no esté irritada de más. Si hacemos caso al médico y seguimos todas sus indicaciones al pie de la letra, podremos tener la piel en mejor estado.

–          Los brotes de dermatitis seborreica pueden causar incomodidad, no solo por los picores, sino también porque en verano vamos con ropa más ligera y podemos sentirnos poco a gusto si sabemos que la gente va a ver las inflamaciones, la seborrea o la caspa. Hemos comentado en varias ocasiones cómo el estrés y el nerviosismo afectan a la piel con dermatitis y por ello, es preferible hacer un esfuerzo por mantener la calma y por dejar pasar lo que el resto pueda pensar de nosotros o de nuestra piel. Quien nos conoce sabe lo que nos pasa, por qué y lo que hacemos por evitarlo.

–          El calor no es buen compañero de la dermatitis seborreica, por lo que debemos hacer lo que esté en nuestra mano para no pasar demasiado calor y sudar en exceso. Para ello, nada mejor que protegerse del sol intenso bajo una gorra o una sombrilla, debemos escoger los lugares con más sombra e intentar encontrar esa brisa tan agradable al atardecer o en las primeras horas de la mañana.

–          El sudor puede irritar más la piel y producirnos picor, por lo que debemos ducharnos para quitarnos esa sensación. Eso sí, nada de frotar en exceso las inflamaciones o de estar mucho tiempo bajo la ducha. Mejor cinco minutos, con agua templada e inmediatamente después, la loción hidratante para calmar la piel.

–          Bañarse en el mar puede ser un placer, además de una manera de calmar la dermatitis atópica. Si después del baño podemos darnos una ducha y ponernos una emulsión hidratante, mejor que mejor.

–          Las noches calurosas de verano pueden jugarnos una mala pasada. Para ello, debemos convertir nuestra habitación en un oasis de tranquilidad. Ya que el aire acondicionado puede resecar nuestra piel, podemos hacernos con un ventilador que nos ayude a estar más frescos mientras dormimos. Tanto el pijama como la ropa de cama deben transpirar bien y si podemos darnos una ducha y ponernos crema antes de dormir, tendremos una sensación mejor al meternos en la cama.

Con estos pequeños consejos conseguiremos que nuestra piel esté más estable y nosotros más cómodos, pudiendo centrarnos en disfrutar del buen tiempo y ayudando con nuestro bienestar a que la piel esté todavía mejor.