Dermatitis atópica: Causas, síntomas, tratamiento y posibles complicaciones

La dermatitis atópica es una alteración de la piel que causa inflamación sobre todo en la parte interna de los codos, detrás de las rodillas y en zonas de la cara, aunque también puede extenderse a más partes del cuerpo. Afecta a un 10% de la población mundial, tanto a hombres como a mujeres.

Información fundamental sobre la dermatitis atópica

¿Qué causa la dermatitis atópica?

No se conocen las causas de la dermatitis atópica (DA). La piel de las personas con DA reacciona a estímulos externos como sudor, gérmenes o sustancias irritantes, llevando a que los linfocitos liberen sustancias que causan el picor y la inflamación. Los queratinocitos, las células predominantes de la epidermis, se renuevan más rápido de lo habitual y las grasas de la parte más externa de la piel sufren un cambio que les hace perder hidratación, provocando sequedad.

Se trata de una enfermedad genéticamente determinada, por lo que si una persona la padece, sus hijos tienen una de cuatro posibilidades de desarrollar una enfermedad atópica.

Suele surgir en la niñez, pero puede darse durante toda la vida, alternándose periodos en los que las inflamaciones mejoran y empeoran.

Síntomas de la dermatitis atópica

–          Lesiones rojas, costrosas y exudativas en la cara, cabeza, manos, brazos, parte trasera de las rodillas, pies, cuello y tronco.

–          Picor. Si no se controla el rascado, puede empeorar el eccema atópico.

–          Piel seca y deshidratada que se descama con facilidad.

–          En ocasiones herpes simple leve en una pequeña zona, cursando con fiebre.

–          A veces esto puede desencadenar crisis psicológicas, que a su vez agravan las inflamaciones.

¿Qué complicaciones puede desarrollar una persona con DA?

–          Enfermedades de la piel relacionadas con el trabajo, como la dermatitis en las manos.

–          Dermatitis en los párpados y cataratas.

–          Infecciones en la piel, como herpes y estafilococos.

¿Qué situaciones afectan de forma negativa a la dermatitis?

–          Tener la piel seca y no hidratarla de forma conveniente. Hay que usar agua tibia, no caliente, limitar el uso del jabón, no frotar, utilizar geles de baño específicos y aplicar emulsiones hidratantes al salir del baño.

–          Los alérgenos irritantes, como proteínas animales o vegetales, mascotas y polen. No significa que sean irritantes de por sí, pero si la persona con dermatitis se expone a ellos puede sufrir crisis, que se ven agravadas por el picor si la persona se rasca. Hay que confiar en el médico y solo eliminar alimentos si él lo considera conveniente.

–          Tensión y estrés emocional. Hay mucha relación entre situaciones problemáticas de estrés y erupciones e inflamación, por lo que hay que esforzarse en controlar la ansiedad y los momentos tensos.

–          Temperaturas altas, calor y sudor. Los cambios de temperatura no son bien tolerados por las personas con DA, sobre todo la falta de humedad, por lo que se recomienda hacer ajustes en el hogar para ‘ayudar’ a la piel.

–          Infecciones. Son complicadas de prevenir, pero hay que aprender a reconocer las señales de un herpes o de estafilococos en la piel, a través del enrojecimiento de ciertas zonas, los granos o las ampollas de fiebre, sobre todo si se ha tenido un virus de resfriado o calenturas. Para prevenir hay que dar una atención extra a el área afectada hasta que el virus desaparezca.

–          Sustancias como disolventes, químicos industriales, detergentes, humo de tabaco, pinturas, lanas, astringentes, productos cosméticos con alcohol, como perfumes o jabón.

Tratamiento de la dermatitis atópica

La DA no se cura, lo único que puede hacerse es controlar los síntomas y evitar factores que puedan agravar la situación general. El tratamiento consiste en;

–          Aplicación de corticoides por vía tópica en crema siguiendo las indicaciones exactas del médico, ya que de otra manera puede ser perjudicial. Siempre hay que ponerse la dosis exacta, en la frecuencia adecuada, dependiendo de la edad del paciente y el tipo de inflamación, así como la zona.

–          Antihistamínicos, que ayudan a controlar el picor.

–          Antibióticos para el control de las infecciones provocadas por el rascado.

–          Cremas, lociones, geles de baño y lociones de uso tópico, aplicados en la zona afectada.

–          En ocasiones, los médicos consideran adecuada la fototerapia.