Las dermatitis son campo de cultivo de numerosas investigaciones científicas que tratan de desentrañar el origen y la evolución de esta afección en la piel que sufren tantas personas alrededor del mundo.
La revista Nature Genetics ha publicado los resultados de una de las investigaciones que se han hecho para desentrañar nuevos marcadores genéticos de susceptibilidad de la dermatitis atópica.
Para poder descubrirlos se hizo un estudio en más de 15 millones de variantes genéticas sobre 21,399 casos de dermatitis, así como 95,464 controles entre poblaciones de orígenes y razas distintas como son la europea, africana, japonesa y latina.
Según se pudo extraer del estudio, las personas que tienen mutaciones nulas del gen FLG (filagrina) son las que más riesgo tienen de padecer afecciones en la piel, ya que este gen es el que provoca ciertas deficiencias en la barrera epidérmica.
Jordi Sunyer, investigador del centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, se han identificado diez marcadores genéticos a los que añadir a la lista de los que están muy asociados con la dermatitis atópica en la población europea.
Parece ser que de esa lista hay seis marcadores que tienen una elevada trascendencia en el análisis de efectos aleatorios de todo el genoma en todos los estudios de todos los grupos de ascendencia.
Esto provoca que a los veinte marcadores que se conocían con anterioridad relacionados con la dermatitis atópica y los diez que se han descubierto con el nuevo estudio, se debe añadir uno más. Por lo tanto, el número total de marcadores de susceptibilidad de dermatitis atópica sube a 31.
Además, algunos de los marcadores incluyen genes que regulan la actividad de las células T, responsables de la actividad defensiva del sistema inmunitario de las personas. Esto evidencia una vez más la relación existente entre este tipo de afecciones y la capacidad inmunitaria.
El objetivo de este tipo de estudios es que los descubrimientos en materia genética sirvan no solo para trabajar en una mayor prevención y detección prematura de estas afecciones, sino también para que los tratamientos sean mejores y más adecuados a cada persona.
Según el investigador, “aunque no desmerece la importancia de mantener la barrera de la piel en la prevención y tratamiento de la dermatitis atópica, nuestros resultados apoyan nuevos enfoques terapéuticos dirigidos a la modulación inmune”.
Esperemos que se siga investigando sobre estas afecciones cutáneas que tantas personas sufren para que cada vez se sepa más sobre los tratamientos y la prevención de las mismas.