Si una mujer padece una afección de la piel, como la dermatitis atópica y está embarazada, puede ser que los efectos de la misma se acentúen.
El embarazo, como momento especial que es para una mujer, dado que durante nueve meses alberga a su futuro hijo en su vientre, es un proceso que va acompañado de cambios en el cuerpo, algunos más llevaderos, otros no tanto.
Estos cambios pueden ser un poco más agudos si la madre sufre o ha sufrido dermatitis atópica, que como afección de la piel que es, tiende a manifestarse en inflamar la parte interna de los codos, las rodillas y algunas zonas de la cara, aunque puede aparecer en más zonas del cuerpo.
También es posible que la futura madre haya tenido dermatitis en la infancia, que no se le haya manifestado otra vez y que ahora, cuando está esperando un hijo, vuelva a tener brotes.
¿Cómo tratar la dermatitis atópica en el embarazo?
- Como en cualquier caso de dermatitis, lo más importante es prevenir los posibles brotes y seguir el tratamiento al pie de la letra.
Es posible que el médico apunte que los antihistamínicos se pueden usar con toda tranquilidad, pero que hay que tener cierta precaución con los corticoides al principio, en el primer trimestre. Pero hay que consultar siempre al dermatólogo. - La hidratación es uno de los puntos clave. Cualquier afección cutánea necesita prestar una atención extra a la hidratación de la piel y lo mismo ocurre con la dermatitis. Se debe tener en cuenta usar una crema que sea adecuada para la piel con dermatitis, además de recordar utilizarla tras la ducha.
- Aunque el sol es bueno para la piel con dermatitis, hay que tener cuidado porque durante el embarazo aumenta la producción de la melanina y pueden aparecer manchas con mayor facilidad.
- Se debe evitar los espacios muy secos o los cambios de temperatura bruscos, ya que son muy perjudiciales para la piel.
- Todas las embarazadas tienen que vigilar su alimentación, pero un poco más si padecen dermatitis atópica. Hay algunos alimentos que suelen subir el número de histamina en sangre, que provoca picor y brotes. Algunos de estos son los frutos secos, el café, el marisco, el chocolate y algunas frutas, como el plátano y las fresas.
- El estrés y el nerviosismo del embarazo no ayudan. La embarazada debe intentar estar tranquila, no agobiarse ni por su estado ni por los brotes, porque la ansiedad afecta de forma negativa tanto al embarazo como a la dermatitis.
¿Cómo afecta el embarazo a las pieles sensibles?
Es cierto que si la mujer tiene la piel muy sensible, se verá afectada durante los meses de embarazo. Lo normal es que su piel se vuelva más sensible y reactiva, tanto que puede tener que cambiar sus rutinas porque tiene alergia a los cosméticos que ha utilizado siempre.
Las mujeres que ya tenían un cuadro de piel sensible antes de quedarse embarazadas, no presentan un patrón del comportamiento de su piel fijo, ya que sus síntomas pueden o agravarse o casi desaparecer.
En el caso de que los síntomas se agraven, hay que intentar reforzar todas las rutinas para evitar brotes y empeoramiento de la piel.
- Hidratación. Una piel reseca y deshidratada pica por sí misma, más si tiene un cuadro de piel sensible. Por ello es importante no descuidar la hidratación, que además ayudará a la piel a que no se formen estrías.
- Ropa. Es mejor llevar algodón y no usar nada sintético ni lana para que no haya sudoración ni picores.
- Alimentación. Es necesario examinar la dieta para reducir al máximo los alimentos que aumentan las histaminas en la sangre, que derivan en el picor, como por ejemplo el chocolate, los frutos secos, el café, el marisco o el pescado azul.
- Medicación. Si normalmente se toma una medicación por la piel sensible, hay que revisar que todos sean compatibles con el embarazo.
Es posible que se pueda seguir tomando antihistamínicos, pero habrá que tener cuidado con los corticoides, que pueden sustituirse por tratamientos tópicos.
Las personas con la piel sensible que noten que el estado de su epidermis mejora durante el embarazo, sobre todo al principio, deben saber que en ocasiones esto se produce porque el sistema inmunitario se regula a la baja para permitir el desarrollo de una nueva vida.
- Aunque se vean disminuidos los síntomas de una piel sensible, hay que seguir cuidando la alimentación, nuestros niveles de estrés y la hidratación de la dermis para no desencadenar nuevos brotes.
- Lo más importante es consultar con el médico antes de hacer cualquier cambio en la medicación y reforzar las rutinas para cuidar la piel, tanto por dentro (alimentación, ansiedad) como por fuera (hidratación, ropa ligera).
En resumen: hay que tomar precauciones, cuidados y sobre todo tener paciencia, en caso de tener dermatitis atópica y estar embarazada, dado que los efectos se acentúan.
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