Vivimos en un mundo marcado por la prevención, sobre todo en el plano de la piel. Desde hace años, los principales estamentos del mundo se han encargado de transmitir la importancia de tener una piel cuidada y sobre todo protegida. Esto va más allá si nos encontramos en verano, pues los gobiernos y los diferentes estamentos de la Salud buscan concienciar a la gente -sobre todo a los más jóvenes- de la necesidad de proteger la piel con cremas ante los fuertes rayos del Sol. De hecho, hasta recomiendan usar crema solar en la época estival para evitar que la cara y los brazos puedan quemarse. Y diariamente insisten los expertos en utilizar cremas para no tener piel seca ya que ésta puede causar enfermedades como os contamos en Blue Cap. Pero, ¿alguien ha pensado en las secuelas emocionales?
Ya os contamos en Blue Cap que la preocupación por las enfermedades de nuestra piel había crecido en países como España, donde Google recibía cada vez más búsquedas sobre dichas dolencias. Pero ha sido en México donde varios especialistas han querido centrarse en cómo afecta, por ejemplo, la dermatitis atópica en las emociones de los más pequeños. Y es que, como os hemos ido informando puntualmente, este tipo de dermatitis puede darse en cualquier persona pero afecta en su mayoría a los más pequeños. El 60% de los casos se da en el primer año de vida y el 85%, antes de los cinco años. Este dato precisamente es que llamó la atención del Doctor en Dermatología Luis Enrique Sánchez.
Sánchez, presidente del Colegio Médico de Dermatólogos de México, analizó el comportamiento de una gran muestra de niños y niñas pequeños y pequeñas que sufrían dermatitis atópica. Más allá de los típicos llantos, cansancio y el rechazo al tratamiento que suelen sufrir los más pequeños, se descubrió que los niños y niñas que llevan consigo la dermatitis atópica tienden a aislarse y a sentirse discriminados. Además, ese sentimiento se traslada a los otros pequeños que, ante el desconocimiento, los aislan por medio a un posible contagio.
Por esto, el Doctor reconocía y destacaba la necesidad de comenzar los tratamientos cuanto antes. El objetivo, además, del colegio que preside es concienciar a la sociedad en este caso mexicana sobre este tipo de enfermedad. Y es que no solo hay que pensar en la salud de los pequeños y pequeñas ante una dolencia de este tipo, sino todo lo que ella conlleva con ese posible rechazo a la sociabilidad en los primeros años de vida.