Aquellas personas que padecen dermatitis atópica, experimentan temores y preocupaciones por si en algún momento de su vida tienen hijos y estos puedan padecer su mismo problema cutáneo.
Y es que quien padece este tipo de enfermedad, sabe muy bien lo que es tenerla, por lo desesperante que puede ser a veces.
Pese a que el tratamiento puede ayudar a llevar una vida 100% normal, en ocasiones se siente frustración y molestias, situación que no quisieran que la padecieran sus hijos.
Ante lo cual es muy importante saber que el dar una buena lactancia a un bebé, puede contribuir a que éste no contraiga tantas enfermedades como infecciones en su crecimiento.
Y es que los bebés cuando nacen son tan pequeños y tan frágiles, que casi da miedo tocarlos, porque no queremos hacerles daño. Y su piel presenta muchas alteraciones e irritaciones, fruto del trance por el que han pasado y por los cambios que su cuerpo está experimentando, sobre todo en las primeras semanas de vida.
Características de la piel de los recién nacidos
- Piel entre un 40 y un 60% más delgada que la piel de un adulto. Esto provoca que sea mucho más permeable ante ataques externos o que reaccione de forma más llamativa a cremas y geles, por lo que es indispensable usar productos especiales para recién nacidos.
- La piel más delgada también puede hacer que se pierda de forma más sencilla el calor y la hidratación, por lo que es importante prestarle atención a estos dos factores.
- Debido a que el sistema inmunológico del bebé es aún muy débil, los bebés pueden contagiarse de forma más sencilla de cualquier enfermedad o de infección cutánea.
- Cuando nacen, los bebés suelen tener la piel cubierta de una capa de grasa que desaparece después, pero que en su momento sirve para protegerle, evitar descamaciones y para nutrir la piel.
- Suelen estar cubiertos de lanugo, un vello muy fino y sedoso que suele desaparecer a las dos semanas de nacer.
- En el momento de la concepción suelen tener un color cercano al violeta, que se enrojece con el paso de las horas. Tras el primer o el segundo día se va disipando hasta que a los 10 ó 12 días de vida se ha eliminado por completo.
- En ocasiones se les descama la piel tras el primer día.
- Es normal que suelan aparecer manchas rojas que se intensifican con el llanto y que se hacen más blanquecinas con el frío. Es un fenómeno que suele disiparse cuando el bebé tiene 12 meses.
Los temores
Y precisamente porque el bebé nace con una piel muy sensible y delicada, las personas con dermatitis tienen miedo de que sus hijos contraigan la enfermedad.
Según los investigadores, un 70% de las personas con dermatitis atópica tiene antecedentes familiares con la misma enfermedad, por lo que es posible que si tienen esa afección en la piel, sus hijos también la tendrán.
La lactancia
Eso sí, está demostrado que algo puede intentar hacerse al respecto. Se sabe que la forma de alimentar a un recién nacido influye mucho en su desarrollo posterior y la lactancia materna es el complemento perfecto para sus primeros meses de vida.
Si la madre puede permitírselo y tiene tiempo, dar de mamar a un bebé es una de las experiencias más íntimas y bonitas que puede existir entre una madre y un hijo y tiene infinidad de beneficios para ambos a nivel interno.
Por ejemplo, quizás uno de los beneficios más importantes, es que la leche materna aumenta la resistencia de los bebés frente a posibles infecciones y enfermedades.
Un estudio clínico que se hizo en la década de los 90 demostró que una de las ventajas de alimentar al bebé con leche materna es disminuir la incidencia de la dermatitis atópica.
Este informe, publicado por el Pedriatric Allergy Inmunology en 1994, sugiere que alimentar de otra forma a los recién nacidos durante sus primeros cuatro meses de vida puede aumentar la incidencia de este tipo de afección en la piel.
Eso sí, este informe tiene también en cuenta que si la madre tiene dermatitis, puede que el bebé herede esta enfermedad cutánea de todas maneras. Aun así es importante tener cuidados extremos con la piel de un recién nacido, ante lo cual aquí dejamos algunos consejos.
¿Cómo cuidar la piel de un recién nacido?
- Quien toque o bañe al bebé debe asegurarse de tener las manos limpias y de usar jabones o perfumes neutros y poco agresivos para no alterar la piel del niño.
- Cada cambio de pañal debe hacerse con agua y jabón y antes de poner una muda limpia hay que asegurarse de que la piel está bien seca.
- Los baños diarios deben ser relajantes, con agua no muy caliente y siempre usando productos específicos para la piel de los recién nacidos. Es mejor usar las manos para lavar el cuerpecito y no utilizar esponjas.
- Tras el baño hay que hidratar bien la piel del bebé e insistir, incluso varias veces al día, en las zonas descamadas.
- Utilizar ropa de algodón que transpire bien es muy importante para que no se le irrite la piel por el sudor. En contra de lo que se suele pensar, no es necesario abrigar mucho al bebé, porque entonces pueden aparecer sarpullidos.
- Las prendas de ropa, la ropa de cama y toallas del bebé tienen que lavarse con jabones suaves con poco perfume, lo más naturales posible, sin suavizantes.
En resumen: los hijos de una persona que padece dermatitis atópica puede que también contraigan esta afección en la piel, pero es importante saber que si hay una buena lactancia y alimentación, se le daría cierta resistencia ante posibles infecciones y enfermedades.
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Buenas, muy buen artículo. Sobre todo para madres y padres primerizos. Muy recomendable. Un saludo