El mundo de las enfermedades dermatológicas es tan amplio y diverso, que podemos encontrar casos como el que describiremos en el artículo de hoy: el granuloma anular.
Se trata de una dermatosis benigna crónica por la que se sufren una serie de erupciones en la piel en forma de tumoraciones rojizas, las cuales forman un círculo o anillo, pudiendo haber más de uno de forma simultánea en distintas partes del cuerpo.
El granuloma anular afecta sobre todo a los niños (es más común en las niñas en una relación de 2-1) y también a los adultos jóvenes.
Como en la mayor parte de afecciones cutáneas de este tipo, sus causas son desconocidas y aunque algunos estudios concluyen que podría estar relacionado con diabetes o enfermedades de la tiroides, realmente su causa es desconocida y las personas que la sufren están saludables y no sienten dolor alguno.
El anillo, de pequeñas y firmes protuberancias (conocidas como pápulas), suele aparecer en brazos, manos y pies, y aunque no es para nada doloroso, en alguna ocasión puede producir un leve picazón.
Se han dado algunos casos en los que la erupción se propaga por todo el cuerpo del paciente, y en los mayores de 40 años se ha detectado que si se extiende por el cuerpo puede producir mayor picazón.
Cuando acudimos al médico, en un primer momento este puede pensar que tenemos hongos, pero tras realizar las pruebas pertinentes (raspado de la piel con hidróxido de potasio, además de una biopsia en la piel), el médico diagnosticará claramente el granuloma anular.
Como generalmente no produce dolor, el médico no recetará nada en principio, pero si se trata de un paciente que siente escozor o picor, puede recetarle cremas esteroides tópicas. En los casos más graves (los cuales son realmente muy pocos), se puede llevar a cabo terapia con luz ultravioleta o inyectar inyecciones de esteroides directamente en los anillos.
La mayor parte de los granulomas anulares desaparecen en aproximadamente unos dos años sin necesidad de llevar a cabo ningún tratamiento, aunque lo más probable es que al cabo de un tiempo aparezca otro distinto en otro lugar.
Debido a que es bastante común, además de sus múltiples formas clínicas y la gran cantidad de posibles diagnósticos diferenciales, se considera que existe gran desconocimiento en cuanto a esta dermatosis, además de tener una impredecible evolución, por lo que se considera un gran desafío tanto diagnóstico como terapéutico.