Cómo cuidar la piel esquiando en la nieve

Aunque queda aún un tiempo para que podamos ver nieve y comience la temporada de esquí, no está de más conocer los preparativos que tenemos que tener en cuenta si es que nos gusta esquiar y vamos a calzarnos los esquís esta temporada.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que el frío ‘ataca’ nuestra piel, que se encuentra más desprotegida a causa del viento y las bajas temperaturas. Por ello debemos protegerla de forma extra.

¿Cómo podemos hacerlo?

Hidratándola al máximo, por la mañana, durante el día y por la noche, antes de ir a dormir. De esta forma, nuestra piel contará con las herramientas necesarias para poder protegerse.

También hay que pensar que en la nieve nos estamos exponiendo al sol de forma masiva, ya que los rayos solares se reflejan en la nieva y los rayos ultravioleta inciden en la piel más que en la ciudad ¡e incluso más que en la playa!

Por eso en nuestro equipaje no debe faltar un buen protector solar para la cara, ya que es la única zona que está expuesta al sol. Debemos tener en cuenta que la crema sea adecuada para nuestra piel.

Debemos incidir especialmente en la nariz, las orejas y las mejillas para evitar irritaciones y tiranteces. De hecho, es fácil que veamos a personas esquiando con una gruesa capa de crema blanca, ¡lo importante es estar protegido!

El contorno de los ojos es otra parte del rostro muy frágil, que puede secarse mucho y quemarse por el sol. Por ello, debemos usar una crema hidratante específica para esta zona y también protegerla del sol.

Es especialmente importante cuidar la piel tras volver de hacer ejercicio en la nieve, calmándola con cremas y humectantes específicos. Si podemos, debemos evitar los cambios extremos de temperatura, que resecan e irritan la piel.

Tras la nieve es posible que sintamos la tentación de darnos una larga ducha caliente, ¡ya sabemos que no es del todo recomendable! Una rápida ducha con agua tibia con productos específicos será suficiente, secando sin frotar.

Si es posible, deberíamos hacernos con un humidificador para nuestra habitación. Si estamos en la nieve casi seguro que nuestro hotel o alojamiento tiene la calefacción muy alta y ya sabemos cómo sienta de mal ese calor excesivo a la piel.

Por último, nuestra recomendación es disfrutar. Estar al aire libre es siempre buena idea, hacer deporte os relajará y estar con vuestros amigos o familia en la nieve os garantizará muchas risas. Y todo esto junto es el mejor antidepresivo y calmante que hay, con los beneficios que esto tiene para nuestra piel.